Abstract
Como el presente trabajo tiene que ver con el señalamiento de una domesticidad qué sucede entre mi corporeidad de mujer artista y la corporeidad del hogar desde una arquitectura que permitió crear un adecuado diálogo entre las obras, los lugares y los espectadores. En primera instancia y cómo lo muestra el plano, el primer lugar de acceso al apartamento es la cocina, convertida en un espacio oscuro representando una capilla que alberga la obra titulada: Soy la Santa Zoila, Soy la Santa Zoila, soy la Santa Zoila, compuesta de una serie de 3 esculturas y 3 dibujos, cada uno con una pequeña veladora en su parte inferior, qué evidencian ese lugar en común, esa mixtura de una mujer normal y una deidad del hogar.